Se publica una nueva versión ampliada del Atlas Bioenergético de Cuba 2021 y esta vez cubre los sectores de la industria alimentaria, el grupo azucarero AZCUBA, la tabacalera cubana y otros.
La iniciativa de su segunda versión persigue el objetivo de que estos mapas se actualicen y perfeccionen periódicamente, dijo Roberto Sosa Cáceres, doctor en ciencias, investigador del Centro de Gestión de la Información y Desarrollo Energético (CUBAENERGIA)., en un artículo enviado a la agencia cubana de noticias.
Recordó que el primero fue fruto de diversas instituciones, cuando los profesionales de CUBAENERGIA lograron gestionar y organizar valiosa información actualizada sobre el potencial de aprovechamiento de las fuentes de energía.
Mencionó que todo comenzó con el proyecto de bioenergía en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, ubicada en la provincia de Matanzas, con financiamiento del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (ONU).
También con el del Global Environment Facility y el apoyo de la Bioenergy Network, en el que participaron varios grupos de empresas e instituciones y duró 14 meses desde el segundo semestre de 2018 hasta mediados de 2019.
Entonces, vio la luz la publicación en National Science Events, y cuenta con cuatro capítulos, 20 mapas y 84 páginas debidamente organizadas para la comprensión de cualquier lector.
Incluyó el registro y organización de posibles fuentes de energía generadas por biomasa, incluyendo aguas residuales o residuos de granjas de ganado vacuno, porcino y avícola.
Además, el potencial de producción de biodiesel a partir de aceite de jatropha curcas y biomasa sólida, como cascarilla de arroz y residuos forestales en las instituciones del Ministerio de Agricultura durante 2018.
La lista de sus principales efectos incluyó la producción de biogás a partir de desechos ganaderos del grupo de actividad ganadera, dividido en vacuna, porcino y avícola, que tienen un valor energético equivalente a 75,3 mil toneladas de petróleo equivalente.
Para la Dra. Sosa Cáceres, si este biogás se utilizara para generar electricidad, sería posible autoabastecer la actividad porcina del Estado hasta en un 30%; vacuna (utilizando el 20% de las excretas) en el 176% y aves de corral en el 275%.
En el caso del uso de biodiésel de Jatropha curcas, integrado con el de cultivos alimentarios, se podría sustituir el 20% del diésel utilizado en la producción agrícola, en dos escenarios distintos de concentración de plantaciones.
Si bien no son necesarias grandes áreas en el país, solo el 5.8% de las áreas declaradas no utilizadas en 2017 son necesarias, pero entre los suelos de las categorías III y IV, lo peor para la agricultura, el 0.7% del total debe ser utilizado a nivel nacional. .
En cuanto a la biomasa forestal y los residuos agrícolas, se concluyó que la alta cobertura forestal de Cuba convierte a la silvicultura en un factor importante para el desarrollo de sus áreas rurales, donde la leña es el principal producto forestal destinado a ser utilizado como biocombustible.
(Tomado de ACN)
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