Conferencia Internacional «Desafíos Globales del Siglo XXI: Dimensión Partidista»

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Tomado de sitio web de CPC

(Versiones cortas – Presidencia de la República)

Su Excelencia Dmitry Medvedev, Presidente del Partido Rusia Unida y Vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa;

Excelencias los Jefes de Delegación de las Partes participantes en esta Conferencia Internacional:

Debo decir, en primer lugar, que nos sentimos honrados de asistir, aunque sea de forma virtual, a la conmemoración del 20 aniversario de la fundación del Partido Rusia Unida, a cuya dirección y miembros extiendo mis más calurosas felicitaciones en nombre del Partido Comunista. de cuba

Nuestras relaciones, basadas en lazos históricos, respeto y confianza mutua, se han fortalecido en los últimos años gracias al fluido intercambio de delegaciones y el aporte en distintos ámbitos, y en ello ha jugado un papel fundamental el convenio de colaboración entre el Partido. de Cuba y del Partido Rusia Unida, adoptada en 2017.

Más tarde, en el Octavo Congreso en abril de este año, se manifestó durante el debate de política exterior el interés en fortalecer aún más las relaciones con la Federación Rusa.

Esta proyección está en línea con nuestra confianza en el vasto potencial de colaboración bilateral entre ambos países, y con el apoyo que siempre ha recibido el Partido Rusia Unida en este empeño, así como en temas de particular interés para Cuba, como denunciar el bloqueo impuesto por Estados Unidos durante más de 60 años.

Aprovecho esta oportunidad para expresar mi profundo agradecimiento por las reiteradas declaraciones contra el bloqueo realizadas por el partido Rusia Unida y el apoyo de su facción en la Duma Estatal a la declaración aprobada cada año por la Cámara Baja.

También deseo ratificar en esta importante ocasión el interés de Cuba en continuar profundizando los lazos de amistad, solidaridad y colaboración que unen a las dos partes, naciones y pueblos.

Es justo celebrar la iniciativa que hoy nos reúne. Esta Conferencia Internacional de las Partes fue, más que una necesidad, una emergencia en la situación actual.

Nadie discute que estamos ante un escenario internacional complejo e impredecible, sacudido por una crisis multidimensional que, si bien es fruto de un largo y muy injusto orden mundial, hoy y con motivo de la nueva pandemia del coronavirus, los problemas y desafíos que Ya existen, están empeorando los que la humanidad enfrentó antes de que surgiera.

Al mismo tiempo, asistimos a una nueva escalada agresiva de Estados Unidos y sus aliados, empeñados en imponer su hegemonía a nivel internacional, con un aumento del gasto militar, una creciente amenaza a la paz mundial y el resurgimiento de acciones y de los lenguajes de los Estados Unidos llamados Guerra Fría y Fascismo.

La lucha por el dominio y control de los recursos naturales del planeta se traslada, en toda su dureza, a otras dimensiones del espacio virtual, mientras se profundiza la enorme polarización en la distribución de la riqueza, las desigualdades sociales y la inestabilidad global.

La crisis económica, social y financiera, que golpea particularmente a los países más pobres ya las mayorías desamparadas, se reproduce en una especie de «círculo vicioso», agudizando las desigualdades y la pobreza; se exacerban los flujos migratorios descontrolados, el terrorismo internacional y los conflictos regionales e internacionales.

Se impone sin el menor escrúpulo un lenguaje cargado de amenazas, una política de sanciones y medidas coercitivas unilaterales, abierta injerencia y dobles raseros. La burda manipulación de los hechos basada en mentiras y medias verdades y el uso de tecnologías híbridas en la llamada guerra de cuarta generación para la desestabilización política, y la aplicación de políticas de “cambio de régimen” se han convertido en práctica común en las relaciones internacionales. Al igual que Cuba, Rusia ha sido víctima de estos actos y conoce los peligros que conllevan.

Aquí es relevante y necesario rechazar enérgicamente la injerencia en los asuntos internos de la Federación Rusa y otros estados. Estos actos que amenazan la independencia y la soberanía nacionales y violan el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas deben cesar.

En este contexto reaparecen fuerzas ultranacionalistas, radicales y fascistas que, lejos de aportar soluciones a los problemas sociales, envenenan las viejas divisiones étnico-nacionales y exacerban la xenofobia y la intolerancia.

La amenaza de nuevas guerras y el cambio climático son desafíos globales apremiantes. Penden como la espada de Damocles sobre la humanidad. La especie humana, como advirtió hace 30 años el Comandante Revolucionario cubano Fidel Castro Ruz, continúa corriendo el riesgo de extinción.

Excelencias:

Cuba no es ajena a la crisis multidimensional que azota al planeta. No somos los más afectados, gracias a un sistema de justicia social que pone a las personas en el centro de sus políticas, pero somos, sin duda, los más castigados.

Ningún país en desarrollo pesa como nosotros con las condiciones impuestas por un bloqueo económico de más de 60 años, reforzado e intensificado con 243 medidas aplicadas por la administración de Donald Trump y mantenidas por el actual gobierno de los Estados Unidos de América. Los efectos negativos de estas medidas son más evidentes y devastadores en el contexto de la pandemia de COVID-19.

El bloqueo constituye la más evidente y masiva violación de los derechos humanos de todo un pueblo y el principal obstáculo al desarrollo económico y social de Cuba y, por tanto, a la plena implementación de la Agenda 2030 y sus objetivos de desarrollo sostenible, los de nosotros que, a pesar de todo, no nos hemos rendido.

En 63 años de Revolución, que se celebrarán el próximo enero, la isla exhibe logros indiscutibles como sistemas de salud y educación de acceso público y universal, con cobertura médica del 100% de su población y una tasa de alfabetización del 99%. Con una comunidad científica y una industria biotecnológica y farmacéutica reconocida internacionalmente, además, con un sistema laboral y de seguridad social que protege a cada uno de sus ciudadanos, en particular a los más vulnerables.

Nada de esto le parece meritorio al adversario histórico de la nación cubana que se empeña en castigarla por el ejemplo de soberanía e independencia.

Es inaceptable que el Gobierno de los Estados Unidos durante 29 años ignore el llamado de la comunidad internacional a la Asamblea General de las Naciones Unidas para que cese el bloqueo contra mi país, y siga aplicando sin éxito esta política criminal y genocida.

Como el bloqueo no logró su objetivo de provocar un estallido social por el desabastecimiento, en los últimos meses nos hemos enfrentado a una nueva operación concertada desde Washington, destinada a desestabilizar el orden interno y la paz en la nación, y generar la imagen de un estado fallido.

En medio del complejo escenario que he descrito, Cuba ha luchado sin tregua contra un nuevo brote de la COVID-19, manteniendo una tasa de contagiados e infelices muertos por debajo del promedio de las Américas y el mundo.

Hoy, somos el primer país de América Latina y el Tercer Mundo en desarrollar tres vacunas y dos candidatos vacunales, y el primero en el mundo en comenzar a inmunizar a su población de niños de 2 a 18 años.

Más del 80 % de nuestra población ya cuenta con el programa completo de vacunación y para finales de este año toda la población cubana habrá sido inmunizada.

Tampoco renunciamos a los planes de desarrollo ni a los principios de la solidaridad internacionalista, como lo demuestran las 57 brigadas médicas que han combatido la COVID-19 en 40 países y territorios del mundo. Reiteramos nuestra disposición de seguir cooperando con vacunas y protocolos médicos en beneficio de todos los que los necesitan en el planeta.

El 15 de noviembre celebramos la reapertura de las fronteras, volvió el turismo internacional y retomamos el año escolar. Cuba ha reanudado el período escolar con la gran mayoría de sus niños protegidos por el programa integral de inmunización. Todos con sus propias vacunas.

Excelencias:

El mundo, quizás como nunca antes, necesita con urgencia una nueva convivencia civilizada, basada en un orden internacional justo y equitativo, en el que prevalezca la solidaridad, la cooperación y la integración entre los países.

No hay ni habrá otra forma de alcanzar la paz, y no habrá paz sin desarrollo y justicia social. Es hora de que todos unamos fuerzas y acciones en la lucha urgente y necesaria por un mundo mejor.

Una vez más, gracias por llamarnos a participar en este foro. Felicito a los organizadores por la iniciativa y por el vigésimo aniversario de la fundación del partido Rusia Unida. Reitero nuestro infinito agradecimiento por las muestras de solidaridad y apoyo al digno pueblo de Cuba y su Partido, al que tengo el honor de representar hoy ante ustedes.

¡Cuba vive y vivirá!

Muchas gracias.