Día del educador: homenaje a una gran batalla

Para los alfabetizadores comprometidos en la gran batalla educativa, la defensa de la patria amenazada se había convertido en un elemento decisivo en la formación de una conciencia nacional.

Día del educador se celebra el 22 de diciembre de cada año en Cuba, mientras que en esa fecha se anunció la culminación exitosa de la campaña de alfabetización y se proclamó a Cuba una tierra libre de analfabetismo. “No más momento solemne y emocionante, no más momento de legítimo orgullo y gloria, como este cuando cuatro siglos y medio de ignorancia fueron derrocados. Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarla así -batalla-, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se obtuvo gracias a una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla ”, declaró ese día Fidel.

El 26 de septiembre de 1960 el Comandante Fidel Castro expresó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas su solemne compromiso de librar una gran batalla contra el analfabetismo en 1961 con el objetivo de enseñar a leer y escribir a los últimos analfabetos en una sola lengua, y anunció que, a Para ello, «organizaciones de profesores, estudiantes, trabajadores, es decir, toda la ciudad, se preparan para una intensa campaña».

El pueblo cubano, y en particular la juventud, guiados por sus palabras y conscientes de su propia fuerza, han asumido la tarea de cumplir el compromiso asumido por nuestro Comandante en Jefe. La campaña nacional de alfabetización fue la primera gran tarea de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR). Miles de sus integrantes marcharon entre los primeros a los campos de Cuba a partir del 5 de abril como integrantes de las brigadas «Conrado Benítez», que adoptaron el nombre en honor al joven maestro asesinado en enero de 1961 por bandas contrarrevolucionarias al servicio del imperialismo. . .

El aporte de los jóvenes fue decisivo: de los 300.000 cubanos organizados en la campaña, 100.000 pertenecían a las Brigadas “Conrado Benítez”, aunque este último requisito no se cumplió estrictamente, ya que había adolescentes más jóvenes en la zona.

No había ningún lugar de la isla donde no penetrara el campo con sus simbólicos faroles, el librito VENCEREMOS y el manual ALFABETICEMOS. En minas, zonas de pesca, azucareras, montañas y zonas urbanas, la campaña fue un éxito. Dondequiera que fueran colocados, los jóvenes compartían tareas productivas con sus familias durante el día mientras impartían clases nocturnas. Esta estrecha relación les permitió conocer más profundamente la situación de miseria y abandono en la que habían vivido en el pasado nuestros campesinos y trabajadores.

La campaña tuvo lugar el mismo año que el ataque mercenario a Playa Girón, que fue valientemente confrontado por los alfabetizadores que realizaban su labor en la zona invadida. A pesar de los peligros que representaban, no interrumpieron su trabajo por ningún lado, el año de la histórica victoria de Playa Girón fue también el año de la victoria de la alfabetización.

La contrarrevolución interna utilizó todos los medios para evitar el éxito de la campaña. El imperialismo yanqui no ha cesado sus agresiones económicas, políticas y militares. Utilizando bandas contrarrevolucionarias asesinaron a jóvenes alfabetizadores como Conrado Benítez, Manuel Ascunce Domenech y Delfín Sen Cedré. Esto solo reforzó la conciencia revolucionaria de estos jóvenes que se proponían cumplir a toda costa el compromiso adquirido con el país y con Fidel.

El 5 de septiembre de 1961 se realizó el Congreso Nacional de Alfabetización. Fidel destacó la importancia de que todo analfabeto tenga su propio alfabetizador y viceversa, y el 22 de diciembre de 1961 toda Cuba se liberó del analfabetismo: cuatro siglos de ignorancia habían sido derrocados con tan solo un año de incansables esfuerzos, mientras ellos triunfaban. en alfabetizar a más de 700.000 cubanos. Ese día, una multitud de jóvenes se reunieron en la Plaza de la Revolución y dijeron en masa a Fidel: “Obedecemos, obedecemos, obedecemos; fuera… .! Fidel, Fidel, ¡dinos qué más tenemos que hacer! Y Fidel les ofreció más de 40.000 becas en diversas especialidades. De este esfuerzo educativo nació una nueva generación de trabajadores, maestros, artistas, médicos, ingenieros y especialistas en las más diversas disciplinas que hoy son útiles para la Revolución y su pueblo. .

Para los alfabetizadores comprometidos en la gran batalla educativa, abogando por la patria Amenazado se había convertido en un elemento decisivo en la conformación de una conciencia nacional que cristaliza por su propia acción al tornarse revolucionaria. Jóvenes que, rompiendo viejos patrones y tradiciones, actúan como maestros lejos del ambiente protector del hogar, promueven la subversión de la familia cubana con su actitud noble y decidida, y asumen ideales como la justicia y la solidaridad que ya están definitivamente integrados en el paradigma evaluativo que defiende la Revolución Cubana.

El signo de la igualdad y el compromiso la patria comienza a tener designaciones de valor nuevamente alfabetizador, compañero de clase. Como destacó Martí en su discurso de 1891 conocido como “Los Pinos Nuevos”, los jóvenes que deciden incluir su propia dimensión heroica en su quehacer diario están haciendo historia. A partir de esta realidad, ya no era necesario haber participado en una guerrilla o una lucha clandestina para asumir un rol de importancia histórica. La maravilla de la realidad había transformado al actor del cambio diario en un héroe de leyenda.

LLlega el 22 de diciembre, recordamos una campaña que atravesó lugares desconocidos y salvajes, y dio hermosas lecciones de vida y esperanzas combativas para el presente y el futuro del país.