Tomado de Diario de la vanguardia
Casi seis décadas de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba no han impedido el desarrollo de la educación especial. A pesar de las limitaciones, los educadores de este tipo de educación se han esforzado por garantizar a sus alumnos las herramientas necesarias para el aprendizaje.
“En cada clase se necesita una amplia gama de recursos para la atención integral de alumnos con necesidades educativas especiales”, explica Maricel Carpio, directora de la Escuela Especial para Niños Ciegos Fructuoso Rodríguez en Santa Clara.
Agrega que la isla ha tenido que adquirir equipos especializados de terceros países, lo que se traduce en un aumento de precios por la distancia y el costo del flete, así como por el retraso en su entrega y la disminución en la adquisición.Otras líneas deficitarias.
Entre los rubros más afectados por esta causa se encuentran las sillas de ruedas eléctricas para niños con discapacidad física y motora; ayudas especiales, como máquinas Perkins, para la enseñanza de niños ciegos y con discapacidad visual, y anteojos correctivos con altas graduaciones.
La acción del gobierno de EE. UU. También hace que sea imposible importar pilas para audífonos.
Otro ejemplo del severo impacto del bloqueo sobre las personas con discapacidad y su educación es la falta de reemplazo de equipos obsoletos; entre ellos, los dedicados al desarrollo de la percepción auditiva.
A pesar de las circunstancias desfavorables generadas por las trabas en Washington, luego de enormes esfuerzos, el Estado cubano garantiza a sus niños lo esencial para el más alto nivel de educación y salud de forma gratuita. También ofrece el implante coclear a niños con sordera médica para esta opción quirúrgica, que en otras partes del mundo puede costar hasta $ 60,000.