En Cuba, la educación de niños y jóvenes está garantizada de forma gratuita, desde la infancia hasta la universidad, a pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo estadounidense, y esto solo el año pasado sumó efectos económicos de un millón de dólares.
Sin duda, uno de los subsistemas más dañados como consecuencia de esta flagrante violación de los derechos humanos es el de la educación especial, que ha enfrentado múltiples limitaciones.
Cuba ha tenido que importar máquinas Braille y otros recursos necesarios para el aprendizaje de niños ciegos y con discapacidad visual de otros mercados, situación que también enfrenta en la adquisición de papel Braille, fundamental en este tipo de enseñanza.
Asimismo, el programa nacional de construcción de escuelas especiales se ha visto afectado por la política criminal unilateral de Estados Unidos, que dificulta la plena inclusión social de niños, niñas, adolescentes y jóvenes con algún tipo de discapacidad.
A pesar del bloqueo yanqui, y los efectos que tiene en el sistema educativo del país, todas las familias camagüeyanas tienen la seguridad de que cada año, a pesar de las carencias que impone el bloqueo, sus hijos tienen aulas y maestros y útiles escolares.