Tomado del sitio institucional de la Minrex
26 de noviembre de 2020
Queridos jóvenes:
Rindo un conmovedor homenaje a Diego Maradona. Recuerdo muy bien mi último encuentro personal con él precisamente en el funeral del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en Santiago de Cuba.
La gigantesca estatura política y moral de Fidel se basa en el ejemplo de dignidad, voluntad y coraje con que enfrentó los colosales desafíos de su tiempo y también en su extraordinario aporte a la defensa de los intereses de las naciones del Sur.
Su plena dedicación a la lucha anticolonial y a favor de la liberación; su denuncia permanente contra el imperialismo, el capitalismo, la guerra y el injusto orden económico y social internacional; su constante predicación por la paz, el desarme y el desarrollo; su internacionalismo y su precursor y advertencia cardinal sobre las causas y efectos del cambio climático, constituyen una fuente teórica y práctica invaluable para las generaciones presentes y futuras.
Fidel se caracterizó por una intensa pasión por el conocimiento, una fina sensibilidad, una voluntad inquebrantable y un proverbial sentido de la justicia; la siempre enorme proporción de sus proyectos y los siempre perentorios plazos para llevarlos a cabo.
Honrar a Fidel hoy significa, en mi opinión, estudiar su pensamiento emancipador, continuar su acción transformadora y aplicar su herencia imperecedera ante los desafíos urgentes que enfrenta la humanidad.
Hoy todavía nos atormentan serias amenazas a la propia existencia humana, desde el sistema capitalista explotador, belicista, depredador, que sigue cobrando millones de vidas, su filosofía de despojo, que Fidel ha pedido que desaparezca en un esclarecedor discurso en la ONU. Hace 60 años.
Los arsenales mortales de armas nucleares amenazan nuestra existencia en este momento. Un modo de producción y consumo irracional y autodestructivo destruye inexorablemente el futuro. Los instrumentos intervencionistas renovados, como la doctrina Monroe y el macartismo, son utilizados con impunidad por los poderes dominantes o hegemónicos.
Y a estas circunstancias se sumó la pandemia del Covid-19, que revela en toda su magnitud las desigualdades al interior de los países y las fallas estructurales del sistema internacional. Con la creciente privatización de los servicios de salud, el desmantelamiento de la protección social y la prioridad que se sigue dando a las ganancias corporativas sobre la vida humana, han sido escandalosamente regulares.
Una devastadora y prolongada crisis se cierne sobre todas las regiones del planeta y augura un aumento sustancial de los niveles de pobreza, desempleo, hambre y un deterioro en el acceso a los servicios básicos, que colocará a los gobiernos en el dilema de responder a estas necesidades o de profundizar. necesidades neoliberales. modelos que dan lugar al desencadenamiento de inevitables estallidos sociales.
53 brigadas de profesionales de la salud cubanos, fieles a una tradición solidaria, partieron hacia 39 países y territorios y se unieron a las que ya trabajaban en otras 59 naciones, para enfrentar el virus mortal, y varios medicamentos producidos por la industria biofarmacéutica cubana o recientemente producidos en un De manera muy innovadora se han puesto a disposición de los tratamientos terapéuticos en estas otras latitudes.
Gracias a la organización de nuestra sociedad, la participación de la población, la existencia de sistemas científicos y de salud verdaderamente al servicio de la nación, Cuba muestra hoy resultados modestamente alentadores en la lucha contra la pandemia y está probando varias vacunas precursoras candidatas.
Gracias también a nuestros jóvenes que compartieron esfuerzos altruistas, incluso en lugares de riesgo epidemiológico.
Todo esto se enfrentó a una brutal escalada de la agresiva política de bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos, que precisamente y de manera oportunista durante los meses de la pandemia alcanzó niveles demenciales de crueldad y crueldad. -Acciones contra nuestros suministros, inauditas en tiempos de paz.
Se intenta evitar el suministro de combustible del país, recortar los ingresos en divisas, demonizar la colaboración médica y obstaculizar aún más los intercambios entre familiares que viven dentro y fuera de la isla.
Queridos jóvenes, queridos participantes de este evento:
Tuve la oportunidad de seguir sus discusiones de manera limitada y también me enteré de la declaración o declaración final que me dicen que han llegado a un consenso y me parece que se trata de ‘una contribución excepcional, en particular a la lucha y unidad.
En mi opinión, hoy asistimos a una nueva división imperialista del mundo entre un puñado de plataformas globales, dueñas de redes digitales, más digitales que sociales, además, porque no son tan democráticas como parecen y estas plataformas se están apropiando de datos como antes, las corporaciones transnacionales saqueaban nuestros recursos materiales.
El poder del capital y las fuerzas reaccionarias ejercen una especie de «dictadura de algoritmos» a través de la inteligencia artificial, el big data y otras tecnologías que dan forma a las preferencias individuales, manipulan información y más, conductas, incluso electorales; alimentan conflictos a favor de pequeños intereses políticos y económicos, promueven el odio y la división.
Curiosamente, la pandemia de Covid-19 ha acelerado el proceso de digitalización global. El mundo ahora pasa más tiempo en los canales digitales, y el usuario promedio, si lo hay, pasa ahora alrededor del 15% de su vida de vigilia usando plataformas digitales. Una clara «brecha de edad» define el uso de lo digital en el lugar de trabajo: el 80% de ustedes estaría en plataformas de redes digitales.
Potencialmente, podemos comunicarnos a través de Internet con más de 5.200 millones de personas (casi el 70% de la población mundial).
América Latina y el Caribe es la región con la distribución de la riqueza más desigual, pero tiene una penetración de Internet promedio 13% superior a la del mundo, alcanza el 67%, y es de todas la que más tiempo dedica a Facebook, Instagram, WhatsApp y Youtube.
También es la región de Estados Unidos más dependiente del tráfico de Internet, el 80% de la información electrónica de nuestra región pasa por un nodo administrado por Estados Unidos. Esto es el doble del porcentaje en Asia y cuatro veces el porcentaje en Europa. Se estima que entre el 70% y el 80% de los datos intercambiados internamente, es decir en la esfera pública nacional por los países de América Latina y el Caribe, también pasan por ciudades americanas, donde 10 de los 13 servidores raíz que hacen hasta la mayor parte de Internet.
También somos la región más rezagada en la producción de nuestro propio contenido local. Sin embargo, curiosamente, también somos líderes en presencia de internautas en las redes sociales. Entre los sitios web más populares de nuestra región, solo 21 de cada 100, solo 21 corresponden a contenido local, lo que significa que nuestra región ahora está saqueada por la transferencia de riqueza a Estados Unidos, en forma de contenido y datos.
Prueba de la desigualdad, el 28% de los latinoamericanos según cálculos conservadores seguramente subestima la realidad de vivir en situación de exclusión, pero 9 de cada 10 latinoamericanos utilizan un teléfono celular, el 57% de las personas de nuestra región que experimentan dificultades para comer, para poner el plato sobre la mesa, pero están activos en Facebook y WhatsApp; El 51% de los que no reciben agua potable en casa a diario utilizan redes digitales. Estos datos y muchos otros revelan una gran oportunidad de comunicación, organización y movilización política digital con las masas desfavorecidas, los excluidos.
Debo denunciarles que el gobierno de los Estados Unidos ha alentado y alentado, financiado y financiado generosamente laboratorios científicos, equipados con alta tecnología que manejan la fragmentación social en Cuba. Han desplegado decenas de medios digitales con ramificaciones en plataformas digitales para influir específicamente en los grupos de jóvenes cubanos.
A través de la mentira, la desinformación, la descontextualización, la hipérbole de nuestros problemas, la toxicidad, el odio y la división, estos laboratorios intentan destruir el consenso social de la Revolución Cubana, el socialismo cubano y aprovechar las nuevas formas de participación, en particular de los jóvenes que surgen en el mundo y en Cuba y, en nuestro caso, son aplastadas contra la profunda convicción revolucionaria, patriótica y socialista de la juventud cubana.
Recientemente, el presidente de la República de Cuba, compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien también es ingeniero electrónico y quien siempre ha utilizado activamente las aplicaciones y redes informáticas, y lo citaré, dijo:
“Los nuevos campos de operación virtual y mediática han demostrado su efectividad en términos de manipulación y desarme ideológico de los pueblos de nuestra región y del mundo.
“También debemos ser capaces de generar, sobre todo, una estrategia de comunicación rigurosa, incluso utilizando muchas de las herramientas que utilizan en nuestra contra, pero también creando nuevas herramientas …”, declaró el mandatario.
Debemos, en nuestra opinión, librar la batalla simultánea tanto en las calles como en las plazas y en las redes; movilizarse con similar intensidad y convicción en los campos físico y digital; luchar para que los estados ejerzan su soberanía nacional sobre el ciberespacio y avancen hacia una mayor soberanía tecnológica; Coordinar los esfuerzos multilaterales de legislación internacional y nacional al servicio de la humanidad, para democratizar y prevenir el uso del espacio digital con fines bélicos.
Ustedes los jóvenes pueden hacerlo, ustedes son los usuarios más activos del ecosistema digital que también se ha convertido en un campo de batalla político.
Nuestros pueblos y nuestros jóvenes necesitan crear y articular, en la búsqueda de la unidad necesaria e indispensable, redes de relaciones también con fuerzas políticas, movimientos sociales, organizaciones de izquierda y progresistas, así como con gobiernos y movimientos progresistas en América Latina y el Caribe. Caribe, para desafiar el poder de la derecha en estos escenarios. Además, en mi opinión, compartir las prácticas y experiencias de resistencia comunitaria, acortando los tiempos de aprendizaje y apropiación de las herramientas culturales esenciales que permiten liderar la batalla política en el escenario digital.
Nadie podría aconsejarte, nadie podría enseñarte, solo tú puedes saber cómo hacerlo, tienes que pelear estas luchas, nadie puede hacerlo por ti.
A través de su entusiasmo y atrevimiento, los jóvenes han sido históricamente protagonistas de grandes cambios históricos a favor del progreso humano. Es entonces para ustedes, que se asemejan esta época, más que todas las demás, a enfrentar estos fenómenos para lograr lo que José Martí, en su visión de Nuestra América, llamó «el equilibrio del mundo».
Como dijo el primer secretario del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz: “¡Sí, es posible! Por supuesto que se puede, se puede y se hará.
Llamaste a este Encuentro de Jóvenes “Ideas que son banderas”. Fidel, a quien usted se ha referido con afecto cariñoso estos días, afirmó que «… la fuerza que dan las ideas, que dan verdad y que dan una causa justa, es que los pueblos se vuelven invencibles».
Con esta certeza inquebrantable de la equidad de nuestra lucha, con este optimismo invariable, sigamos avanzando, ¡siempre hasta la victoria!
Muchas gracias por esta invitación.