La ciencia cubana: un discurso, una jornada y el cumplimiento de un anhelo

El trascendental discurso del Comandante en Jefe, pronunciado en el auditorio de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, se ha convertido en una hoja de ruta

“El futuro de nuestro país debe ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, debe ser un futuro para los hombres de pensamiento, porque es precisamente lo que más sembramos; lo que más sembramos son oportunidades de inteligencia; ya que una parte muy considerable de nuestro pueblo no tuvo acceso a la cultura, ni a la ciencia, una parte mayoritaria de nuestro pueblo. Era una riqueza de la que no se podía esperar nada porque no tenían la oportunidad. Y así, siendo la mitad de nuestra población rural, solo el 5% de los niños rurales han llegado al 5º grado.

¡Cuántas inteligencias se habrán desperdiciado en este olvido! ¡Cuántas inteligencias se habrán perdido! Inteligencias que hoy se integrarán a la vida de su país; inteligencias que hoy serán incorporadas a la cultura ya la ciencia, porque para ello estamos transformando fortalezas en escuelas; para esto construimos pueblos-escuelas; Por eso llenamos la isla de maestros, para que en el futuro la patria pueda contar con una brillante constelación de hombres de pensamiento, investigadores y científicos.

Ustedes que han sido los pioneros verán como un día en un futuro cercano, se empezarán a cosechar los primeros frutos de la semilla que hoy sembramos para que deje de ser cultura, deje de ser la universidad, un lugar donde sólo un parte de nuestra gente, para que toda nuestra gente tenga acceso. Por eso, creemos que el mejor sistema es aquel que te da la oportunidad de ir a la universidad, no por privilegio, sino por inteligencia. Y entonces estamos pensando en organizar escuelitas en el campo y por eso estamos pensando en organizar centros de educación secundaria rural y por lo tanto estamos pensando en organizar fincas escolares, para que los niños más inteligentes, los más inteligentes de cada escuela, tengan la posibilidad de acceder universidades y tener la oportunidad de escalar los lugares más notables de nuestra cultura.

Esto fue parte del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 15 de enero de 1960, en el marco de la conmemoración del vigésimo aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba. El trascendental discurso, pronunciado en el auditorio de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (actual sede del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología), se convirtió en hoja de ruta de una serie de profundas transformaciones que, en materia de formación humana y el desarrollo científico y profesional promovería la Revolución en la sociedad cubana. Sus resultados sesenta y dos años después son fácilmente reconocibles en toda la isla.

Es por ello que esta fecha ha sido elegida desde 1990 para celebrar el Día de la Ciencia Cubana, organizándose jornadas científicas, foros y reconocimientos a destacadas figuras e instituciones en materia científica en distintos centros del país.