Alain Moreno Cabrera, campeón de los Juegos Panamericanos Juveniles celebrados recientemente en Cali, cumplió 20 años el miércoles, al día siguiente de llegar a La Habana con la medalla de oro en el pecho. Los habitantes de La Güinera, el humilde barrio donde nació, lo esperaban con una gran fiesta, impulsada por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y el Héroe de la República Gerardo Hernández Nordelo, su coordinador nacional.
Desde que se coronó campeón, la alegría se apoderó de sus vecinos, que se han reunido frente a su casa para esperarlo. La llegada prevista a las 6:00 p.m. fue casi dos horas más tarde ya que la delegación tuvo su bienvenida oficial en el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) durante un encuentro que fue más largo de lo esperado.
Allí se encargó de explicarlo la joven Irina Serra Podio, coordinadora provincial de los CDR. Lejos de preocuparse por la espera, la calle se convirtió en pista de baile, alentada por el propio Gerardo y por la alegría contagiosa de quienes querían ver a su rey, como ya lo apodan el luchador de la especialidad griega.
El barrio que vivió el resurgimiento de las transformaciones que allí llevó a cabo Fidel hace tres décadas, que luego encaminaron a sus habitantes por el camino de la participación y la oportunidad, es nuevamente escenario de otra Revolución. Ahora, están convencidos de que pueden ir a donde quieran, como lo aseguró allí Elvis Lobato, anfitrión de la fiesta: para el orgullo de contar con el campeón olímpico de Tokio Luis Alberto Orta, otro medallista junto a él.
Desde su casa a medio construir entraban y salían los organizadores de la fiesta, encabezados por la “madrina” del barrio, Ileana Macías, y un equipo de cederistas, quienes recogían lo necesario para sopa, tarta y hasta un sabroso cantor de sonra, Néstor Sánchez Vega, también reside allí.
Es difícil describir la atmósfera de júbilo que reina. Eso sí, la más esperada fue Marta Cabrera, con muchas ganas de ver al hijo del campeón. Su familia no quedó al margen, imposible de separar de un barrio donde se forjan lazos de afecto y cercanía, como suele ocurrir en cualquier ciudad donde prima la humildad de sus habitantes.
Lo confirmaron a Tribuna de La Habana Didier Lalande y su esposa Nadine se sumaron a la alegría reinante. Preside la Asociación Francesa de Solidaridad Cuba Linda, y llegó invitado por Gerardo. «Qué honor para nosotros venir acompañados de un héroe y participar de una fiesta como esta, llena de niños y una ciudad que rinde homenaje a un campeón en plena calle, algo inimaginable en Francia y nunca antes visto en ningún lugar del mundo.”.
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