Multiplica lo que vale

Durante los últimos dos años, la pandemia de COVID-19 ha sido un obstáculo para que la vida siga su curso normal; Sin embargo, esto no impidió una iniciativa multilateral, enfocada a la revitalización del campo cubano.

Las Diez iniciativas innovadoras y testimonios de agricultura sostenible y agroecología para el desarrollo rural, escalables a políticas públicas, fueron lanzadas en 2019 por el Ministerio de Agricultura
y sus asociaciones, en colaboración con la Delegación de la Unión Europea en Cuba y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación –fao–, en colaboración con los socios técnicos y financieros presentes en el país.

Su principal objetivo fue sistematizar experiencias con el mejor potencial para el desarrollo agrícola, demostrado por pruebas de campo y evidencias. Lanzado antes de la aprobación del Plan Cubano de Educación en Soberanía Alimentaria y Nutrición –Plan san–, sus bases están alineadas con los objetivos de esta estrategia.

De 251 propuestas, el comité de expertos de diferentes instituciones seleccionó 15, en base a requisitos específicos por categoría: fincas agroecológicas, tecnologías apropiadas y metodologías de promoción y apoyo.

De las diez fincas seleccionadas en el país, dos son de la capital: China, por su Sistema Agroecológico Integrado Ganadero (seguir) y Jibacoa, con su modelo de agricultura familiar en sistema integrado.

Además de las prácticas agrícolas que allí practican, uno de los valores de estas experiencias habaneras es haber producido espacios que antes eran tierra de nadie, de la mano de la Ciencia.

CHINA

Entregada en usufructo en 2000 y con una extensión de 7,10 hectáreas, en La Lisa, la finca La China está a cargo de una mujer, Hortensia Martínez del Valle, quien como ingeniera mecánica cometió muchos errores, pero aprendió de ellos. « Nous avons frappé aux portes, nous sommes allés dans des centres de recherche et des organisations et, avec l’aide de scientifiques et de leurs recommandations, nous avons appris à intégrer l’agriculture, l’élevage et la foresterie », dit- Él.

La diversidad es alta: allí se crían seis especies de animales, incluidos peces y abejas; Se cultivan 15 tipos de raíces y tubérculos, hortalizas, cereales, árboles frutales, 500 árboles y 2000 postes de cerca vivos.

Con la aplicación de la siguiente metodología, Martínez pone en práctica el principio según el cual cada elemento cumple una función de integración, se valoran los setos, las barreras, la vegetación acompañante y se hace un uso racional del agua.

En este escenario productivo, han desarrollado exitosamente sus criadores y sementales registrados y cuentan con un levantamiento de suelos que guía los programas adecuados de siembra, conservación y manejo. Entre otras alternativas, utilizan fertilizantes orgánicos, un biodigestor, molinos de viento, un secador solar y obtienen sus propias semillas.

Además de proveer alimentos para la Cooperativa de Crédito y Servicios Roberto Negrín (ccs) y ser un ejemplo para otras mujeres, el modelo allí utilizado también incluye círculos de interés, donaciones de alimentos, articulación con centros de investigación y proyectos de colaboración internacional.

JIBACOA EN LA HABANA

La Finca Jibacoa es visible desde la Avenida Independencia (Boyeros), cerca de la escuela de voleibol. El productor Rolando Corrales, de Haydée Santamaría ccs, de Boyeros, le dio alma, corazón y vida. “Era una tierra aterradora, casi nadie creía que pudiéramos lograr algo”, dice, recordando los últimos días de 2011.

Para hacer algo rentable, participa en numerosos talleres y se apropia de la agroecología y sus múltiples prácticas: canales de agua, estanques para recoger agua de lluvia, arado mínimo y humus.
lombrices de tierra para mejorar el suelo, adaptando recursos que otros vieron como desperdicio.

Los subsistemas que utiliza son diversos, todos relacionados entre sí: ganadería, proteínas, forrajes, plantas ornamentales y leñosas, conservación de semillas, frutales – con más de 50, entre ellos los menos conocidos como el canistel, el caimito, la guanábana, el níspero. , anacardos, nata pastelera, anona, dátil, nuez y sacha inchi–, especies medicinales y condimentos, carnes, verduras y abonos orgánicos.

La Jibacoa se distingue por la producción de semillas, lo que garantiza su calidad y germinación a bajo costo, así como el fortalecimiento de la resiliencia ante eventos hidrometeorológicos extremos. Para Corrales, el valor de la familia es relevante en todo esto, cuando encaja en las capacidades individuales.
De esta forma, Jibacoa se ha convertido en líder en su CCA en la producción de rubros como leche y jugo de cabra.

Las dos experiencias en La Habana, no sin baches en el camino, agitación, obstáculos y escasez de recursos, extraídos del corazón, son prueba de todo lo que se puede hacer, desde lo local, para producir alimentos saludables, sin comprometer el medio ambiente y el futuro.

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