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El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez visitó este viernes la comunidad de El Bejerano y la finca 154 de la finca urbana de la empresa agrícola Alquízar, ambas ubicadas en la provincia de Artemisa.

Foto: Estudios Revolución

Mercedes recibió al presidente Díaz-Canel en la puerta de su casa. “¡Está bien en la casita de Mercedes!”, Dijo la delegación de personas que, a esta madrugada del viernes, siguieron el camino del Jefe de Estado por la comunidad de El Bejerano, en el municipio de Artemisño d’Alquízar.

La anciana, bien dispuesta y hermosa, lo invitó a pasar como si fuera una vecina. Le mostró su sala de estar, la cocina, el pequeño dormitorio. Todo era nuevo, gracias a una subvención que había recibido del estado cubano para construir su casa. Pero lo que realmente le interesaba era un tesoro, dijo, que había guardado: una foto de Chávez y Fidel. Allí, en la comunidad más humilde, una mujer agradecida volvió a la impronta del Comandante en todos los poros del país.

El Presidente de la República incluso había visitado la comunidad de El Bejerano para ver por sí mismo las transformaciones que se están produciendo en uno de los 38 barrios vulnerables de la provincia de Artemisa, donde existían organizaciones de la administración central, estado, sistemas comerciales y vecinos. se unen para mejorar sus condiciones de vida.

En la Escuela Primaria Javier Novo, a la que asistieron alrededor de 80 niños desde jardín de infantes hasta sexto grado, estuvo presente Díaz-Canel, acompañado por el secretario de Organización y Política de Personal del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda; el viceprimer ministro, Alejandro Gil Fernández; y el coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución, Gerardo Hernández Nordelo.

Allí conversó con las autoridades del Consejo Popular sobre el proceso de rendición de cuentas que se está desarrollando; sobre las propuestas de la población con años sin respuestas, como la construcción de una acera que se está llevando a cabo actualmente; y tareas pendientes en la comunidad, incluida la electrificación y la parada del autobús.

Luego de asistir a una clase de educación física, en la que los más pequeños hacían ejercicios sobre una superficie de asfalto, el mandatario retomó la idea de mirar también las aspiraciones de los niños y jóvenes de las comunidades y la necesidad de construir espacios para que puedan ejercicio, canchas para jugar pelota o fútbol y áreas de juegos.

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Foto: Estudios Revolución

Durante su recorrido, Díaz-Canel visitó el consultorio médico que se beneficia de una constructiva entrevista por parte de una empresa local; Ha hablado con los trabajadores de la salud que trabajan allí y les ha pedido que controlen el trabajo que se está realizando; Supo que el municipio de Alquízar -después de que el COVID-19 causó estragos en julio y agosto- ya no tiene casos positivos, su población vacunada es casi del 88% y todos los niños están vacunados.

Desde allí cruzó justo enfrente donde se ubica la bodega El Bejerano, también en constante agitación de construcción. El Mandatario, en consulta con las autoridades locales, con los encargados de las obras y con la población, mencionó que los problemas no se pueden acumular en los barrios y la necesidad de perpetuar todo lo que se hace en estos espacios vitales para el país. .

Habló de vincular actores estatales y privados en estas transformaciones; generar momentos para que la población emita su criterio y controle lo que se hace; y mejorar, además de viviendas, escuelas, consultorios médicos y almacenes, el entorno del vecindario.

En conversación con uno de los habitantes del lugar, también insistió en la urgente necesidad de que a las personas en situación de vulnerabilidad se les brinde la posibilidad de trabajar, como un primer medio más efectivo y emancipatorio para salir de esta situación.

Durante la visita de este viernes a Artemisa, y como lo ha hecho en las últimas semanas en Guantánamo, Granma, Matanzas, Mayabeque … el Jefe de Estado visitó la finca 154 de la finca urbana, perteneciente a la empresa agrícola Alquízar, ubicada en medio de la campaña de plantación de papa.

A pie de surco compartió con sus trabajadores las 63 medidas aprobadas para incentivar la producción de alimentos que han supuesto un vuelco en el sector, pero que aún no han despegado del todo y se espera mucho de sus resultados.

En los suelos rojos de Artemisa se sembrarán unas 600 hectáreas de papa, gran parte de ellas con semillas nacionales que han mostrado buenos rendimientos: otra apuesta de Cuba por su soberanía.

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