Tomado de Sitio web de CPC
No me sorprendió en absoluto saber que el libro Raúl Castro, un hombre en revolución, de Nikolai S. Leonov (Editorial Capitán San Luis), en 2016 merecía el Gran Premio del Lector, reconocimiento que otorga el Instituto del Libro Cubano. los títulos más vendidos durante el año.
La naturaleza del premio ya hablaba de la recepción que han tenido estas 490 páginas en las que se nos ofrece la vida heroica del general de ejército y primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, de manera tan grata que Puede que nos sorprenda, pronto, nos encontrará antes de las últimas líneas.
Quienes lo hayan leído pueden atestiguar el exquisito cuidado (digamos también el ritmo acertado y la belleza de la prosa) con que aquí se describen los hechos relacionados con Raúl -siempre tan cerca de Fidel- y la Revolución Cubana.
Teniente general jubilado, catedrático de la cátedra de trabajo diplomático del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú y amigo de Raúl desde 1953, Leonov se propuso, con este trabajo, «llenar un vacío».
Fruto de una cuidadosa investigación y del deseo de resumir lo vivido en un libro es esta obra justa, que atesora los momentos más significativos en la vida de un hombre excepcional, que lleva el nombre de Raúl Modesto, como tal desde que se inscribió. en esto estaba uno de los rasgos más marcados de su personalidad.
“Es una persona que no busca publicidad, más bien la evita. Solo ofrece entrevistas a la prensa en caso de necesidad política. Tampoco aparece a menudo en televisión. Si bien existe una gran bibliografía sobre Fidel, en el caso de Raúl solo hay artículos, capítulos de investigación histórica y algunas de sus propias publicaciones.
Ajustado a la más estricta verdad, como aconsejó el Che a quienes han escrito sobre la Revolución Cubana, se propone el contenido de este libro, «porque la verdad y la transparencia han sido el lado más fuerte de este proceso político».
Así lo refiere su autor en un prólogo titulado Historia de una amigo, del que sale sabiendo mucho más que las circunstancias en las que dos jóvenes que han optado por vivir del lado de causas justas se han hecho amigos. Ocho capítulos; un epílogo, que se centra en los hechos del 17 de diciembre de 2014, cuando «los hechos superaron las previsiones más optimistas»; Una cronología mínima y un testimonio gráfico componen este libro, que hará mejores y más fieles a los convencidos de la nobleza de la Revolución Cubana, amparados por la limpieza de sus actos; y será una lectura obligada para aquellos que son nuevos en la historia de Cuba durante sus últimas décadas.
Conmocionados por la emoción y la curiosidad -que se exacerban al recibir, como una cascada, detalles nuevos o desconocidos de la vida de Raúl y sus compañeros en la lucha-, los ojos, en ocasiones, se mueven demasiado rápido, acomodándose a un gran y libro grueso que, por tales razones, logra aligerarse. Y a veces retroceden, porque la probidad de lo que se cuenta es grande y quieren repasar lo que han leído.
Una vida abrazada por el amor a Cuba, llena de hechos prodigiosos, late en estas páginas, que se remontan a la época de la niñez, donde a este distinguido niño «por su carácter vivaz y travieso» le encantaba «hacerle travesuras en serio a Fidel» o nadar en los ríos cercanos a Birán, incluso aquellos en los que su protagonista ha cumplido importantes misiones militares y políticas, al servicio del bienestar de su patria.
Nos conmueven los heroicos pasos de un hombre que nunca ha conocido el descanso y que nos enorgullece por su rigurosa dirección del Partido Comunista de Cuba, al frente de las decisiones más importantes del país en el que nació.
Solo podemos admirar su actitud en la misión que le encomendó Fidel en el Palais de Justice, su
bautismo de fuego durante el asalto al Moncada -; su actuación en la Sierra Maestra y durante la fundación del segundo frente Frank País, donde se desarrolló la denominada operación antiaérea, que él mismo ordenó, para contrarrestar los bombardeos masivos contra este territorio; así como su discurso en el primer congreso de armas campesinas.
El texto recuerda cómo, habiendo obtenido ya la victoria, y antes de partir hacia La Habana, Fidel nombró a Raúl Superior Jefe en Santiago y en toda la provincia de Oriente. Allí permaneció hasta el 9 de febrero «cuando Fidel lo llamó y lo nombró segundo líder militar del país».
En un capítulo titulado Sentando las bases de la nueva sociedad – asunto del que fuimos testigos todos los que vivimos la Revolución – el autor recoge algunas palabras pronunciadas por Fidel en el 1er. Congreso del Partido, cuando Raúl fue elegido segundo secretario del Partido Comunista de Cuba:
“En el caso del compañero Raúl, de hecho es un privilegio para mí que además de un cuadro revolucionario extraordinario, sea un hermano. Estos méritos que se ha ganado en la lucha y desde el principio. La relación familiar sirvió para inscribirlo en el proceso revolucionario, invítalo a La Moncada. ¡Ah! Pero cuando llega una patrulla a la Audiencia de Santiago de Cuba y los hace prisioneros, si Raúl no hace lo que ha hecho en ese momento, Raúl no habría existido por mucho tiempo. tiempo, que era quitarle el fusil al jefe de la patrulla y hacer prisionera a la patrulla que los había hecho prisioneros. De no haberlo hecho, habrían sido todos asesinados unas horas después en La Moncada. Y ese fue el comienzo Y la prisión, y el destierro, y la expedición Granma, y los tiempos difíciles, y el Segundo Frente, y el trabajo realizado durante esos años.
«Digo esto y lo subrayo, porque es necesario expresar hasta qué punto en nuestra Revolución el criterio que es esencial y siempre será esencial es el mérito, y nunca consideración alguna del tipo de amistad o de familia».
A Raúl, que asumió la dirección del país cuando Fidel enfermó; el Presidente electo de los Consejos de Estado y de Ministros en 2008 luego reelegido; al que fue seleccionado, en 2011, en 6º de primaria. Congreso del Partido, para ser su primer secretario, tarea sostenida hasta el día de hoy; presidido por la Comisión encargada de redactar la nueva Constitución de la República de Cuba; Lo teníamos a nuestro lado, activo y al frente de todas las batallas de la Revolución Cubana.