Es imposible hablar de COVID-19 en el pasado. Si bien las tasas de positividad para la pandemia son mínimas en la capital y al final del mes de noviembre, el diagnóstico de casos es significativamente más bajo que en las etapas anteriores, aún existen advertencias que se deben respetar.
La semana pasada en el país, los casos indígenas se redujeron en un 31% y los casos importados en más de un 70%. Asimismo, hay menos pacientes activos, según el informe de este lunes del Ministerio de Salud Pública.
Cuando se abrieron las fronteras, surgió el temor de que pudieran llegar pacientes capaces de volver a complicar el panorama nacional. Sin embargo, en lo que va de mes, solo 58 personas con VIH de otros países han reportado en Cuba. Una cifra muy inferior a las reportadas en septiembre y octubre.
A pesar de esto, Sirvan de alerta, por ejemplo, los 15 casos positivos de la semana pasada en un territorio que se había mantenido libre de contagio, el municipio especial de Isla de la Juventud.. La fuente de la infección procedía de viajeros extranjeros.
Ante tal situación Es fundamental mantener un alto nivel de requisitos de vigilancia epidemiológica en las terminales aéreas y portuarias. También Es vital seguir cumpliendo con los protocolos de higiene y desinfección en las familias que reciben visitantes extranjeros, hoteles o viviendas de alquiler.
Otra alerta es que ante los más mínimos síntomas gripales o enfermedades respiratorias, es necesario consultar a un médico.
Con, nadie puede confiar en las escuelas, el trabajo y los centros de servicios.
Surge información inquietante de nuevas variantes de COVID-19 en todo el mundo, mucho más agresivas, mutantes y mortales.
Si bien La Habana sigue estando entre las provincias con las tasas de positividad más bajas del país, siendo la capital una de las ciudades más expuestas al tráfico de pasajeros, la cautela en la ciudad debe ser mayor.
Es importante en esta etapa continuar evitando aglomeraciones en restaurantes, estadios, centros recreativos y culturales. Aún debe prevalecer el uso de nasobuco en lugares públicos.
Estamos encantados de volver a ver viejos descapotables recorriendo las avenidas de la capital con turistas, lo imperdonable es que se van multiplicando los malos ejemplos, como los que este periodista vio este fin de semana por la céntrica avenida popularmente conocida como Carlos III: Había tres autos con visitantes extranjeros felices de disfrutar del entorno y, entre ellos, una joven viajaba sin máscara. Ni el conductor ni los escoltas advirtieron del peligro de esta infracción.
Depende de todos supervisar el esfuerzo de vacunación, con una conducta adecuada a las circunstancias, disciplina y responsabilidad propia. Ahí están las claves para garantizar el triunfo definitivo de la pandemia. Todavía es inaceptable hablar sobre COVID-19 en el pasado.
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