
Cuando en 1953 Fidel hizo su llamado a la legítima defensa, la Historia me absolverá, en Cuba había un millón de analfabetos y la mitad de los niños no iba a la escuela, cifras mucho peores en el campo. De todos los males denunciados por Fidel, y que se pueden verificar en el informe de la misión norteamericana Truslow, el de la educación fue uno de los más terribles. Si bien había 9.000 profesores desempleados, había un déficit de casi 18.000 aulas. Más allá de los enormes ventanales y las calles llenas de anuncios, el futuro de la educación era sombrío.
Sólo el triunfo de la Revolución podía cambiar el destino que parecía marcado. Desde su enunciación como uno de los seis problemas fundamentales a resolver en el Programa Moncada, la instrucción de
la población era un objetivo principal. No es casualidad que una de las primeras medidas que tomó el nuevo gobierno fue la creación de la Imprenta Nacional y la alfabetización en las filas del Ejército rebelde.
El recién creado Ministerio de Educación inició la épica tarea de dar luz a la docencia, tomando como punto de partida a Melena del Sur. El 29 de agosto de 1960 se inició oficialmente la campaña de alfabetización, prevista para 1961. Desarrollada en un año sumamente difícil, con invasión de Playa Girón y sublevación de bandidos incluida, la tarea tuvo éxito en aprender a leer y escribir 707. . 000 compatriotas en apenas 12 meses, para lo cual se movilizaron 300.000 participantes de todo tipo, que pagaron con su sangre la audacia de enseñar a un pueblo hasta entonces analfabeto, hazaña lograda el 22 de diciembre de 1961.
El avance de la educación en Cuba es importante y no se limitó a la alfabetización. Según el Directorio
Estadístico Cuba 2020, en el curso escolar 2020-2021, se tenía una matrícula total prevista de 1.718.266, sumando todos los niveles educativos. Y aunque la opinión popular parece ser que hay un declive en el sistema educativo cubano, lo cierto es que la unesco, organismo de Naciones Unidas centrado en la educación, la ciencia y la cultura, ha reconocido su calidad. Hasta el 30 de noviembre de este año dieron a conocer los resultados del estudio regional comparativo y explicativo, erce 2019, que indicaba que los estudiantes cubanos estaban por encima del promedio regional en la mayoría de los aspectos evaluados. Y más allá de los estudios de alto rigor científico, la vida cotidiana demuestra la calidad de nuestro sistema educativo, solo pensemos en las vacunas que hoy nos protegen, fruto de profesionales que se han graduado de nuestras universidades y que alguna vez fueron alumnos de las escuelas que todos debíamos. .
Pero este comentario y otros no pueden negar los desafíos que enfrenta la educación cubana hoy. Promover la historia, los valores cívicos, el uso correcto del idioma español, son tareas constantes. Transformar la escuela en el centro más importante de la comunidad, como lo llamó el Ministro de Educación,
no puede ser un lema vacío. Desde las instituciones educativas, deben irradiar los procesos de transformación de los barrios, formando mejores ciudadanos. Todo ello, reconociendo cada minuto, y en especial este miércoles 22, a los educadores de Cuba, una unión sacrificada y para quienes cada recompensa será poco por lo que merecen.
Ver también:
Inicio de la jornada académico-cultural «60 años de la Campaña Nacional de Alfabetización»